Carlos Mota y la Texican Whopper
"En el último campeonato mundial de futbol recuerdo haber abordado un tren hacia Hannover para presenciar el partido de México contra Angola. Los vagones estaban repletos de mexicanos que, festivos, se enfundaban en la bandera nacional. Gritaban.
Los desaseos de los connacionales llegaron a extremos. Los pasajeros, alemanes muchos, se desquiciaron. Varios descendieron anticipadamente a su destino para esperar trenes posteriores, evitando así el “picante” espectáculo.
Ahora que Burger King ha lanzado una campaña publicitaria —para su hamburguesa Texican Whopper— utilizando la imagen de un luchador mexicano, se ha dicho que esos anuncios nos “denigran” y “ofenden”. Yo no lo encuentro así. En el comercial aparece un luchador mexicano y un vaquero texano. El argumento que se ha enunciado para simbolizar la “ofensa” es que el luchador es diminuto.
Pero quienes se han puesto ese saco ignoran al menos seis virtudes del luchador:
- una, el tipo tiene una casa —el texano, no—; es decir, su ingreso disponible, de entrada, es mayor al del estadunidense.
- Dos, es un individuo compartido: coloca un anuncio clasificado para conseguir un roommate.
- Tres, es más fuerte que el texano, ya que puede abrir una lata que el sombrerudo no —¿dirán los texanos que eso los “ofende” y “denigra”.
- Cuatro, sabe nadar; el texano no.
- Cinco, ama a los animales —“Pets welcome!!”— dice su anuncio.
- Y seis, es orgulloso de su nacionalidad —se viste de verde, blanco y rojo.
No entiendo cómo un anuncio que enaltece tanto a los mexicanos merece que un embajador pida que se retire la publicidad.
También se ha hablado de lo indebido en el uso de la bandera mexicana, en la que se enfunda el luchador. Pero no ha lugar, porque nuestra ley no aplica en países donde se ha visto esa campaña. Es curioso, nos quejamos de que los estadunidenses quieran imponer sus leyes extraterritorialmente, pero hacemos lo mismo.
¿Resultado? Una de dos: o los señores de Burger King han instalado un war room para enfrentar esta crisis; o ya se frotan las manos porque su publicidad no padece la enfermedad de todas las campañas en la actualidad: pasar desapercibidas.
¿Qué denigra más, los mexicanos del tren o la Texican Whopper?"
PD Nomás le faltó recordar a los mexicanos que apagaron la llama del soldado desconocido en el mundial de Francia.